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El desconocido ritual de la ayahuasca

20 Nov

Ayahuasca Macarena Jara
A través de ceremonias que están lejos de ser perjudiciales para la salud, la ancestral sustancia es consumida por miles de personas en el mundo para sanar diversas enfermedades.

Por José Agustín Jara Román.

Previo al incidente en el que estuvo involucrado el líder sectario Ramón Castillo Gaete, más conocido como “Antares de la Luz”, la milenaria sustancia era desconocida para la ciudadanía chilena en general. Tras el hecho, surgieron diversas interrogantes sobre su procedencia, legalidad y utilización, y posteriormente, debido a la difamación de los medios de comunicación, la opinión pública lo relacionó a algo negativo que lleva a cometer actos que están fuera del autocontrol. Sin embargo, muchos desconocen que los miembros de la secta de Colliguay no estaban bajo la influencia de ningún estupefaciente al momento de sacrificar al menor y la planta fue estigmatizada, dejando de lado cientos de estudios que sostienen que tiene propiedades curativas para la sanación de los problemas físicos y mentales de las personas a través de rituales que ayudan a lograr este objetivo.

Ayahuasca es una palabra de origen quechua que significa «soga de los espíritus» y su preparación es la misma desde hace más de 4000 años: está hecha en base a hojas de chacruna  (Psychotria viridis), combinada con lianas de árboles amazónicos, los que son hervidos en agua durante varias horas antes de lograr la sustancia final.

Desde hace aproximadamente 60 años, estos componentes fueron analizados por primera vez por el mundo científico, quienes descifraron qué es lo que exactamente genera en el cuerpo: la chacruna contiene DMT (Dimetiltriptamina), un compuesto relacionado con la «imaginería del sueño» que causa visiones, mientras que la liana inhibe la enzima que degrada esta sustancia en el estómago y permite que llegue al cerebro, alterando o ampliando así la conciencia.

Tras su masificación, diversos profesionales comenzaron a experimentar con ella: el médico psiquiatra chileno Claudio Naranjo Cohen realizó una investigación durante 50 años y los resultados fueron publicados en el libro “Ayahuasca. La enredadera del río celestial”, en donde concluyó, entre otras cosas, que puede ser utilizada por cualquier persona interesada en su crecimiento espiritual y la ampliación de los horizontes de su conciencia, además que el estado que se logra con su consumo es muy parecido al de la meditación y que provoca una sensación de paz y bienestar constante.

El antropólogo Diego Rodolfo Viegas y el psiquiatra Néstor Berlanda, en su libro “Ayahuasca, medicina del alma”, tras la experimentación con cien voluntarios, llegaron a la conclusión que en un 92% de los casos la planta funcionó como un amplificador emocional, es por eso que dedujeron que sirve como un buen complemento a otro tipo de terapias psicológicas.

Pero desde la perspectiva indígena tradicional, la medicina actúa sobre la conciencia para reequilibrar energéticamente a las personas, considerando que las afecciones físicas provienen de un desequilibrio espiritual, por lo tanto, su ingesta sirve para la sanación y prevención de enfermedades.

Siempre bajo un contexto

La parte más desconocida sobre la ayahuasca es que para consumirla se requiere, de entre otras cosas, un ritual conducido por un chamán, como algo fundamental y complementario del proceso, y si bien la mayoría de las personas es apta para beber la mezcla, deben primero someterse a una anamnesis (entrevista clínica) realizada por el experto, con el fin de ver si están capacitados para ingresar al rito.

Macarena Jara, tras haber participado de numerosos rituales y adquirido la experiencia necesaria, hoy en día los realiza dentro de su propio domicilio. Como experto, advierte que el sabor de la ayahuasca es amargo y ácido, y debido a sus potentes efectos, los que duran hasta ocho horas, no debe tomarse en grandes cantidades.

Por otra parte, asegura que es imprescindible hacerlo dentro de un contexto específico y con la presencia de un especialista o guía del tema, debido a que produce vómitos y pueden confundirse algunos aspectos de la realidad.

Indica además que para participar de estas ceremonias deben cumplirse algunos requisitos como: dejar de fumar, comer solo frutas y verduras durante los 3 días previos al encuentro y estar en ayuno completo el mismo día del ritual; no padecer enfermedades cardíacas o psicológicas graves como la esquizofrenia y no estar bajo ningún tratamiento farmacológico en base a litio.

Según comenta, quienes más concurren a estas instancias de sanación son las personas que tienen conflictos existenciales, enfermedades físicas o psicológicas, traumas o simplemente quienes necesitan de una instancia espiritual diferente, es por eso que todos son bien recibidos, con el fin de utilizar la ayahuasca como una forma de medicina alternativa que ayude a solucionar los diversos problemas.

La desconocida ceremonia

El ritual de ocho horas comienza por la noche, en cualquier lugar cercano a la naturaleza y con un grupo que debe sentarse en círculo para una mejor canalización y circulación de la energía, siempre con la presencia de fuego, ya sea una vela o una fogata. Esto representa el centro de atención y la conciencia grupal de la que todos deben estar pendientes.

Como forma de introducción, el chamán explica a los asistentes cómo funciona la medicina y contesta todas las interrogantes previas. Aunque también les deja en claro que deben mantener un espacio propicio para generar la mística y que no intervendrá en nada a menos que alguien decida atentar contra su integridad física o la de las demás personas.

Posteriormente, a través de una invocación a los guardianes espirituales del lugar, a quienes se les pide permiso para realizar la ceremonia, los concurrentes toman uno a uno la preparación, en el mismo vaso, simplemente para que todo tenga un orden.

Acompañado de una sonaja, que representa el sonido del universo y de un tambor, que hace alusión al latido del corazón de la tierra, el chamán comienza a cantar ícaros mientras prende un palo santo, bendice con una especie de agua bendita llamada “agua florida” y para representar la conexión entre el mundo terrenal y el espiritual, todos pueden fumar tabaco, aunque solo en su estado natural.

Siempre con los ojos cerrados, a continuación las personas reciben la música, los cánticos y esperan entre 30 minutos y una hora para que la sustancia haga efecto en su organismo. Esto induce al “alivio”, que es la expulsión de la energía negativa a través del vómito. Luego, lo eliminado por el cuerpo se guarda en bolsas y el chamán debe transformarlo, invocando “códigos sagrados”, antes de botarlo.

Una vez que todo esto sucede, la experiencia es absolutamente personal, pues la medicina causa diversos efectos dependiendo de cada persona y según Saavedra, al estar en contacto directo con el inconsciente, se puede acceder a otras dimensiones en donde se divisan las razones por las que se originó un problema y también las soluciones a este, a través de imágenes, voces internas, sensaciones, colores, visiones, sentimientos y entendimientos que se presentan de forma espontánea.

Luego se llega al plano angelical, lo que implica entrar en contacto con supuestos seres de luz, quienes queriendo guiar a las personas, muestran las situaciones bajo realidades espirituales. Esto es posible debido a que el cuerpo está limpio e irradiando una alta vibración energética, pudiendo conectarse además a la parte más profunda de cada ser.

Finalmente, el guía pregunta si es que hay alguna vivencia que los presentes quieran compartir de forma grupal y luego la ceremonia es cerrada dando las gracias a los espíritus invocados. La gente generalmente se queda a dormir en el lugar y al día siguiente comparten las experiencias vividas en un desayuno común, mientras el chamán contesta las interrogantes e interpreta las visiones que tuvieron.

Para Jara, la ayahuasca es una medicina que sana mente, cuerpo y espíritu, y está disponible para quien sienta el llamado. “Todo el mundo puede probarla, aunque siempre con respeto y por un fin espiritual, nunca recreativo”, comenta la experta.

La dosis adecuada es fundamental

Pese a que existen casos en que la planta llevó a algunas personas a la muerte misma, para la mayoría de quienes consumieron ayahuasca por primera vez los resultados fueron generalmente positivos

Según Tanya Skinner Skinner, quien ha participado de varias de estas ceremonias, la sustancia nunca le ha generado algún tipo de anomalía que ponga en riesgo su vida, pues todo lo contrario, indica que la sensación posterior a ingerirla es de estar con el corazón abierto y de entender muchas cosas. “Es como un estado de bienestar profundo en donde se disfruta mucho de la paz interior. No hay nada malo al consumirla, aunque siempre debe hacerse con todas las precauciones necesarias”, argumenta.

Para el profesor de neurociencias Oscar Lazo Jerez, la planta tampoco es necesariamente algo perjudicial para la salud, aunque destaca la importancia de ser responsables al momento de su ingesta, debido a que cuando se realiza por primera vez, al igual que otras sustancias como la marihuana, puede que una persona sin saberlo presente anomalías psíquicas momentáneas.

El profesional destaca además que todo depende de la dosis, debido a que mientras más alta sea, las consecuencias que genera en el organismo son mayores. “Puede que en una primera instancia una persona consuma poco y no le pase nada y confiado ingiera una cantidad mayor, desencadenando así episodios psicóticos”, comenta.

Es por eso recomienda ingerirla siempre en presencia de un experto en el tema y aunque descarta absolutamente otras consecuencias más graves como paros cardíacos o adicciones, indica que pueden presentarse otros síntomas como taquicardias momentáneas debido a las alucinaciones.

Sin duda, los aspectos negativos relacionados al consumo de ayahuasca son prácticamente mínimos o aislados en comparación a los beneficios que pueden obtenerse con una ingesta responsable y adecuada, aunque cabe destacar que es imprescindible que las autoridades y los medios de comunicación participen activamente en los temas referentes a esta sustancia, tanto en la regulación de quienes realicen estos rituales, como también en la información que se le entregue a la ciudadanía, para no solo evitar alarmar o poner en riesgo la salud, sino que también abrir paso a las nuevas formas de medicina alternativa que ayuden a mejorar la calidad espiritual y humana de las personas.